SOMNOLENCIA

El sueño comienza a maltratar a mis cavilaciones. Porque esta noche no puedo dormir. Mejor dicho no debo. El hijo de mi mejor amigo ha estado unos días en mi casa, pasando sus vacaciones y su vuelo de regreso, vive en otra ciudad, sale muy temprano, se tiene que embarcar a las seis y cuarto de la mañana, por tanto he tomado la decisión, tal vez torpe, de no dormir y esperar a que se marche para acostarme.

No es algo que suela hacer demasiadas veces, lo de acostarme cuando ya casi está amaneciendo. Pero reconozco que si suelo trasnochar hasta relativas altas horas de la madrugada. Es lo que tiene no tener ya que levantarte temprano al toque de diana del despertador para no llegar tarde al trabajo. Sólo cuando noto que el sueño me comienza a vencer, que suele ser todos los días sobre la misma hora, me voy rimbombante a la cama.

Pero volvamos al inicio de esta historia. Tengo sueño y sé que no puede dormir. No sé que hacer: me podría tomar un vaso de agua, pero lo descarto, el agua sólo me valdría para ir al cuarto de baño para desahogar mis penas. Podría tomar una copa, pero no, luego tengo que conducir y si me encuentro un control de alcoholemia podría salir con una receta dolorosa y, lo peor, bastante costosa, así que vamos a dejarlo. Bien, podría ser un café. Si, gran idea, un café estaría genial tomarlo, pero recuerdo que estamos a primero de mes y aun no he ido a hacer la compra al supermercado y me faltan los elementos necesarios para poder prepararlo. ¡Diablos!

Mi mente llegado este instante inicia un serio aviso en forma de bostezos constantes y amago de dolor de cabeza. Además todo se complica con un insufrible picor por ciertas partes de mi anatomía que cuando acudo a rascar se cambian habilmente de lugar para que no lo consiga atrapar.

Así que aquí sigo, delante de la pantalla de este ordenador desde el que escribo, devanándome los sesos para encontrar una solución,viendo al hijo de mi amigo, mientras, sentado en el sofá, porque se quería adherir a mji club de no dormir, como duerme plácidamente a la espera de que llegue la hora para irnos hacia el aeropuerto. Espero que el bar ya esté abierto y me podré tomar ese café deseado.

LUIS DE DIEGO AGUILA

Comentarios

Entradas populares de este blog

RELATO DE UN HOMBRE SOLITARIO

PINCELADAS DE JUVENTUD - 2º PREMIO CONCURSO PARQUE ALCOSA

CATALAN ¿DIALECTO DEL CASTELLANO?