el rincon de un poeta triste

Calla el timbre sin sonar mientras yo vivo esperando su callado tronar, sus temblorosos movimientos que aceleren mi corazón, apasionada el alma a la espera de la voz ansiada, aislado del lugar por escuchar tu voz anhelada. Silencio con figura ilumina mi horizonte con tus rasgos apagados y tu luz borrosa, esperando ver salir la luna, brillando junto al sol en la mañana de verano. Silencio celestial y azul visten de madera y agua el balcón desde donde miro, sin verte ni oirte, solo con mi mirada, ausente. Silencio callado me tortura de voces encendidas, las de mis hijos en sus eternas discusiones y retorcidas puntillas, recuerdos ilusionados, palabras llenas de cariño y ternura, es tu silencio, bañándome al lado del mar. esperando, impaciente, emocionado

Gaviotas de blancas alas, volaís libres y sinceras surcando la costa, batiendo el mar. Y sobre la marejadilla de olas sin espuma os lanzaís sin espera a la pesca del alimento que renueve vuestra vida un día más. Gaviotas de vuelo quieto, pareceis en el aire inmóviles, gravitando vuestro plumaje sin prisas por volar, suspendidas en el firmamento como si un hilo celestial os sostuviera. Y de pronto, ¡lo inesperado!, cuan bella caída en picado hiriendo al mar sin dolor para pescar sin pudor los alimentos del mar, asomados tras el chapuzón en vuestros picos gloriosos, como preciosos trofeos, los peces pescados, el alimento a tomar

Ayer te abandoné dejándote bien acompañado, hasta dentro de un tiempo, cuando por fin, nos volvamos a encontrar, en el mismo lugar, bajo el justo sol del tórrido verano. Mar, tus aguas seguían tranquilas, siquiera quisieron despedirse de mí, alzando su oleaje ¡como si de manos abiertas se tratara! Mar azul y templado ¡como adoro tus caricias! suaves en mis pantorrillas, abrazándolas sin pudor, gotenado aguua salobre que se extiende por mi cuerpo sin tener ningún temor. En la memoria perdurará tu recuerdo plateado de aguas sin fín, extendiéndose a lo lejos sin fisuras que ver ,salvo las velas lejanas de un blanco color.

El mar y la distancia te traen a mis recuerdos sin poderte olvidar, impidiendo engañar a mis sentimientos por mucho que lo deseo. Carreteras, veredas y montañas he atravesado sin mirar atrás mas el recuerdo, mis alegres recuerdos de tí, me han perseguido silenciosos y tristes, siguiendo mi pista. Miro el mar de azul color y tú te reflejas en él llena de vida, de amor, sin distancia que nos separe porque sigues estando ahí. Sé que no me quieres amar pero no sé porque, no es otro quien ha ocupado mi sitio, lo sé, y quien lo ocupa mañana ha de sanar, por eso desde el mar te digo que sigues en mi recuerdo.