ASESINATOS EN OSLO VI
Paloma Silva era chilena. Aunque tená la doble nacionalidad, chileno noruega, sus raíces seguíen profundamente arraigadas en su corazón.
Como tantas otras, su familia tuvo que exiliarse de su país durante la tremenda e inhumana dictadura del comandante Pinochet, acabando su triste deambular en el país que los ocogió con los brazos abiertos.
Aquella mañana despertó tarde. Su trabajo como azafata profesional para eventor internacionales le daba a ganar mucho dinero, pero tambiién tenía obligaciones que cumplir, sin horas para terminar. Eso había sucedido la noche anterior.
Tras un camisón transparente se dibujaba el cuerpo de una muer hermosa, con suaves y apetitosas curvas que hacían entrar el hambre de cualquier hombre. Ella lo sabía y lo explotaba, para eso era su profesión. Mientras abría el agua calente para relajarse con un buen baño se miraba en el espejo, con una sonrisa enigmática viendo la belleza sutil escondida tras su sensual camisón.
Había dormido profundamente aquella noche, aun a pesar de haberse acostado a deshoras pero su sueño solía ser así, profundo y constante, sin grandes sobresaltos.
Se desnudó, poco había que quitarse, y se introdujo dentro de la bañera, amplia y redonda, dejando que el jabón esparcido sobre el agua rodeara todas sus formas. Cerró los ojos y se dejó arrastrar por sus pensamientos, secretos y nítidos.
Como tantas otras, su familia tuvo que exiliarse de su país durante la tremenda e inhumana dictadura del comandante Pinochet, acabando su triste deambular en el país que los ocogió con los brazos abiertos.
Aquella mañana despertó tarde. Su trabajo como azafata profesional para eventor internacionales le daba a ganar mucho dinero, pero tambiién tenía obligaciones que cumplir, sin horas para terminar. Eso había sucedido la noche anterior.
Tras un camisón transparente se dibujaba el cuerpo de una muer hermosa, con suaves y apetitosas curvas que hacían entrar el hambre de cualquier hombre. Ella lo sabía y lo explotaba, para eso era su profesión. Mientras abría el agua calente para relajarse con un buen baño se miraba en el espejo, con una sonrisa enigmática viendo la belleza sutil escondida tras su sensual camisón.
Había dormido profundamente aquella noche, aun a pesar de haberse acostado a deshoras pero su sueño solía ser así, profundo y constante, sin grandes sobresaltos.
Se desnudó, poco había que quitarse, y se introdujo dentro de la bañera, amplia y redonda, dejando que el jabón esparcido sobre el agua rodeara todas sus formas. Cerró los ojos y se dejó arrastrar por sus pensamientos, secretos y nítidos.
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