SUFRIMIENTOS
¡Palpita! ¡Mi corazón palpita!
Se remueve, se quiere salir
de su ubicación, buscar aire
donde lo encontrare, sea en la muerte
o donde la vida se desviste.
¡Por fin ha dejado de rodar!
Se ha detenido, ya no volverá
a jugar ni a ser jugada, tosca herramienta,
¿cuantos lances habrá vivido en su vida?
La suma de ellos resta la diferencia.
Se ensañaron algunos a patearla,
pretendieron dibujar efectos efímeros
pero altamente deliciosos,
imposibles dibujos de delineante.
Miradas impávidas te han visto bocas callar.
Y hoy, ¡por fin!, mi corazón palpita.
Ya no perderemos la categoría,
un nuevo proyecto se divisa a lo cercano,
otra divisa que salvará mis pálpitos
y arrancará la sonrisa de ya no sufrir por mi equipo.
LUIS DE DIEGO ÁGUILA
¡Palpita! ¡Mi corazón palpita!
Se remueve, se quiere salir
de su ubicación, buscar aire
donde lo encontrare, sea en la muerte
o donde la vida se desviste.
¡Por fin ha dejado de rodar!
Se ha detenido, ya no volverá
a jugar ni a ser jugada, tosca herramienta,
¿cuantos lances habrá vivido en su vida?
La suma de ellos resta la diferencia.
Se ensañaron algunos a patearla,
pretendieron dibujar efectos efímeros
pero altamente deliciosos,
imposibles dibujos de delineante.
Miradas impávidas te han visto bocas callar.
Y hoy, ¡por fin!, mi corazón palpita.
Ya no perderemos la categoría,
un nuevo proyecto se divisa a lo cercano,
otra divisa que salvará mis pálpitos
y arrancará la sonrisa de ya no sufrir por mi equipo.
LUIS DE DIEGO ÁGUILA
Comentarios